Anoche bajó del cielo
el astro más reluciente,
el resplandor que traÃa
me iluminó de repente,
el resplandor que traÃa
me iluminó de repente.
Entre sus labios blanqueaban
como de nieve sus dientes,
cuando su dulce sonrisa
allà se me hizo presente,
cuando su dulce sonrisa
allà se me hizo presente.
Me saluda la frondosa
caricia de su mirada,
como luceros por miles,
en mis sentidos entraban,
como luceros por miles
en mis sentidos entraban.
Me olvidé de los pesares
que en otro tiempo me dio
y recibo al veleidoso
con mi cariño mejor,
y recibo al veleidoso
con mi cariño mejor.
Cuando canta me parece
el más sabio entre los sabios,
su figura se agiganta
como el