Midori querÃa que la quisieran, pero no se puede forzar a nadie a amar, asà que poco a poco se metió en su vida, con pequeños detalles, gestos, con pequeñas sonrisas, y siempre con sinceridad. Midori también se enfadó con Watanabe, porque las mujeres siempre tenemos un puntito de impaciencia y los hombres tienen un puntazo de torpeza. Les cuesta entender, ver o leer entrelÃneas. Pero Midori esperó y es de esas personas que no guardan rencor en su corazón.