Fiel sirviente de la noche, humilde siervo de su ama, asà soyl. Con porte impecable, su guerra es la afrenta de su propia condición, su pensamiento es otra forma de la filosofÃa de lo extraño y de lo que nos aterra, la crueldad de sus palabras infunde en el que las oye la agonÃa de la incertidumbre, pero también retruena la verdad de las mismas en el aire que hace ondular su capa.