"Los médicos temerosos de Dios hablan modestamente de su obra; pero los
novicios con experiencia limitada en tratar con los cuerpos y almas de los hombres
hablan con frecuencia jactanciosamente de sus conocimientos y proezas. Estos
necesitan comprenderse mejor a sà mismos; entonces serÃan más inteligentes para
el cumplimiento de sus deberes, y comprenderÃan que en todo departamento donde tengan que trabajar, deben poseer una disposición voluntaria, un espÃritu
ferviente, un celo cordial y abnegado para procurar hacer bien a otros".
Consejos para maestros, padres y alumnos acerca de la Edc. cristiana, Cap: 67; pág 462