Soy la dama oscura con extraño fulgor, la locura inminente al mismo tiempo apaciguada, melodÃa sin rostro, deseo melancólico redimido, soy un nuevo ser oscuro renacido en nuevos palpitares luminosos. He de confesar que aunque aun me vea reflejada en un espejo de dolor y angustia, aquel reflejo que ahà logra denotarse, ese ser tan cruel, frió y despiadado, ya no soy yo... Ya no puedo serlo, he cambiado, y quizá ya no pueda regresar jamás. A pesar de verlo diariamente se de antemano que un dÃa simplemente desaparecerá y no le recordare nunca. Mis miedos y angustias se iran porque asà lo deseo, solo que para ello aun pasara un tiempo, en el cual sufriré por todo el daño que he causa