Mi vida ha sido un continuo ir y venir desde la muerte de mis padres, que nos sumió a mi hermana Laura y a mà en una profunda tristeza. Mis padres nos querÃan como a camada de perritos y el accidente que arrebató su vida hizo que tuviéramos que cambiar completamente nuestra percepción del mundo. A la corta edad de 1 y 2 años, respectivamente, tuvimos que aprender a administrar nuestra colosal herencia y a defendernos de aquellos moscones que sólo se interesaban en nosotras por nuestro fÃsico (éramos la hostia en pañales) y nuestro dinero.
Pero todo eso cambió el dÃa que conocimos el amor de verdad.... eran pobres (y lo siguen siendo), pero la familia Aguirre Almécija Pérez no