Soy homo sapiens pero aspiro al próximo escalón evolutivo, es decir, aspiro a ser humano.
Estoy en este planeta para experimentar la vida. Es una oportunidad más que Dios me ha dado, pero cuesta el resto. A veces me engancho en pendejaditas, son como sanguijuelas pegadas al cerebro y duele arrancarlas, pero en eso ando.