Sin Cristo no soy nada. Permanecen inmutables mis manos y mi mirada, mis ganas de llevar mi voz al mundo, mis luchas y mis sueños. No cambiará la esencia de mis palabras, no dejaré atrás lo que creo. Prefiero reÃr y abrazar, tener una buena conversación y, por momentos, escribir. Disfruto del cielo. Amo a Dios y a mi familia. Me encanta leer y pensar acerca de la filosofÃa ética. Quisiera regalarle mis alegrÃas al mundo y que por un instante olvidemos la divergencia. Sueño con tener una familia muy grande y viajar a muchas partes del planeta.