Érase una vez un pájaro, adornado con un par de alas perfectas y plumar relucientes, coloridas y maravillosas. En fin, un animal hecho para volar libre e independiente, para alegrar a quien lo observase. Un dÃa, la mujer lo vio y se enamoró de él. Se quedó mirando su vuelo con la boca abierta de admiración, con el corazón latiéndole más deprisa, con los ojos brillantes de emoción. Lo invitó a volar con ella, y los dos viajaron por el cielo en completa armonÃa. Ella admiraba, veneraba, adoraba al pájaro.
Pero entonces pensó: "¡Tal vez quiera conocer algunas montañas distantes!". Y la mujer tuvo miedo. Miedo de no volver a sentir nunca más aquiello con otro pájaro. Y s