No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mà misma. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos............