"Un niño se paseaba por la playa.
La marea habÃa arrojado a la arena cientos y cientos de estrellas
de mar que bajo los rayos del sol empezaban a morir.
El niño recogÃa una tras otra y las tiraba hacia las olas.
Un hombre pasó y le preguntó lo que hacÃa.
... El pequeño explicó que las devolvÃa al mar para que no murieran.
El hombre sonrió burlón y dijo:
¿No te das cuenta que son cientos de cientos?
El niño alzó una estrella, la miró con ternura
y mientras la lanzaba a las olas salvadoras respondió.
No podré atender a todas pero para ésta ya su suerte ha cambiado"