Una taza de té, un buen libro que suelo usar de boleto para recorrer, navegar y volar. Una guitarra que en el éter del universo me sumerge para flotar, sentir y no sentir. Sueños y metas que un dÃa se tornaron atractivos por ser, según la gente, imposibles. Veranos geniales, inviernos no tanto; la luz del sol lo es todo.