Tengo un cuerpo fÃsico, lo uso orgullosamente, amo y cuido como una expresión visible de mi misma.
Soy conciencia, por lo tanto , tengo una personalidad, que es una expresión de mi originalidad. No la niego ni la condeno,
Tengo una mente con la cual pensar. No la pierdo mediante la atrofia en un intento por ser más espiritual a través del no-pensamiento.
Tengo sentimientos, de otra forma serÃa un autómata. No los reprimo. Expreso sinceramente mi amor y mi alegrÃa, mi ternura y mi compasión.
Soy el espÃritu de Dios igual que todos los demás. La única vida, Mi Vida, debe permanecer para siempre como la perfección de Dios.
En verdad, no hay nada que superar, nada que redimir,