A mi primer amor lo conocà al nacer, Luz era su nombre. Su poder
enorme siempre me hizo ver la vida tan lúcida y tan bella. Ella me
enseñó a crecer jugando a contar estrellas cada anochecer.
Creà enmudecer cuando Ilusión tocó mi corazón de adolescente, me
enamoré perdidamente. Era tan bonita, mi flor favorita, mi otra
mitad. Me dijo que los sueños también se hacen realidad.
Perdida en la ciudad vi a Indiferencia andando distraida, cada dÃa,
sin saber que yo existÃa. Su mirada ausente entre la gente no me
seducÃa, demasiado frÃa. Algo me decÃa : "¡DesconfÃa!".
Mientras, Melancolia me querÃa con locura. Cada noche aparecia en mi
cama medio desnuda y me abraz