nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis
Escribo para abandonarme, para hacer infinita la soledad que acompaño.
Escribo para volar el mundo y explorar laberintos de tinieblas y espejos.
Escribo para no fingir
cuando hiervo devastación y fe en el caos.
Escribo para vencer
tentación de durar y, menos desbocado, morir más.
Para, excitadamente, lo escrito ayer romper mañana,
tomar pulso al abismo, maldecir, corromper,
encender sombra en antorchas de lluvia,
desistir, apagar, despertar ah dormilir.
Escribo para matar.
ESCRIBO COMO ODIO
A.Guinda