No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a tà mismo, y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar otra vez, corrigiéndote.
Nunca te quejes del ambiente ó de quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas ó malas según la voluntad ó la fortaleza de tu corazón.