Una noche en la que sentÃa que mi vida no tenÃa sentido, Dios me dijo; He disipado como una nube tus rebeldÃas, como un nublado tus pecados. ¡Vuélvete a mÃ, pues te he rescatado!... Desde ese dÃa no he dejado de alabarle y exaltarlo, por que me ha dado vida y vida en abundancia...