me encabronan los japoneses que matan ballenas
No soy un fulano con la lágrima fácil de esos que se quejan sólo por vicio, si la vida se deja yo la meto mano, si no, aun me excita mi oficio.
Y como además sale gratis soñar y no creo en la reencarnación, con un poco de imaginación partiré de viaje enseguida a vivir otras vidas, a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel de todos los tipos que nunca seré.
Al Caponne en Chicago, legionario en Melilla, pintor en Montparnase, mercader en Damasco, costalero en Sevilla, negro en Nueva Orleans.
Viejo verde en Sodoma, deportado en Siberia, sultán en un harén, policÃa ni en broma, triunfador de la feria, gitanito en