soy como soy...y sólo puedes saberlo conociéndome
ENSEÑAR A LUCHAR
(y no acompañar en exceso)
Un hombre halló el capullo de una mariposa. Y, un dÃa, surgió una pequeña apertura. Se sentó y observó cómo la mariposa luchaba durante varias horas para forzar el paso de su cuerpo a través de ese estrecho agujero. Entonces le pareció que la situación se habÃa estancado y ya no habÃa progreso. ParecÃa como si hubiera llegado tanto como podÃa y no le era posible continuar. Asà que el hombre decidió ayudar a la mariposa. Cogió unas tijeras y cortó el resto del capullo. La mariposa salió con facilidad. TenÃa el cuerpo hinchado y unas alas pequeñas y arrugadas. El hombre