Dios toca nuestros corazones para convertirnos en hombres nuevos, asà que dejemos que ingrese.
Me considero alguien sencillo, honesto, amigo verdadero de quiénes califico como tales, emprendedor, estudioso, disciplinado, en muchos casos psicorrÃgido, perfeccionista en ciertas situaciones, organizado, autoexigente, colaborador y con ansias de crecer intelectual, espiritual y personalmente.