Hay una frase que me ha estremecido en los últimos dÃas, puede ser muy común y sumamente conocida y tal vez, para algunos, hasta trivial, pero a mi me ha calado el corazón, se las comparto: ¡ES IMPOSIBLE QUE DIOS FALLE!
A los 17 años Jesús me encontró, desde allà me ha ayudado a ser feliz y lograr metas. Tengo tres bellas hijas, un ministerio bendecido y alcancé mi penúltima meta académica: la MaestrÃa en Derecho Constitucional, voy hacia la última: el Doctorado en Derecho.