Soy un habitante temporal de este planeta, buscando la residencia permanente en la morada celestial que el Señor Jesucristo ya tiene preparada para mi. Estoy enamorado del Evangelio de Salvación y de mi esposa Libia Rosa. Y exhorto a todo el mundo a que busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, porque lo demás llega por si solo.