Soy como el lobo que sufre en la noche oscura
ajeno a la luz de su amada,
mas sigue elevando su aullido con
esperanza de alcanzar aquel corazón lejano
pues tal vez un dÃa Dios se apiade
y obsequie al lobo el privilegio de abandonar esta tierra
elevándose en los cielos que reina su amada.