Nuestro amado Jesús se dio por nosotros sin más ni más. Qué increÃble ejemplo, qué preciosa muestra de amor, qué gran desafÃo para tomar y hacerlo real en nuestra vida.
Dar de nuestro tiempo para nuestra familia y amigos, de nuestra fuerzas para nuestros hermanos y vecinos, de nuestro dinero para quien más lo necesite, del amor que nos sobreabunda para quien pasará esta navidad en un hospital, o mendigando por un pan. Siempre habrá algo que dar, pues de parte de Él, lo tenemos todo y para Él nos debemos dar completos, sin restricción ni reserva alguna.
Bendito sea nuestro Dios, por los siglos de los siglos, a él sea la gloria, honor y méritos por siempre.