Durante muchos dÃas estuve hundido en la más negra tristeza. Pero es cosa propia del alma, y que se observa en gran manera entre los solitarios, el prepararse por medio de la tristeza y del decaimiento para la sutil alegrÃa. Y mientras más largos y penosos sean los dÃas negros, más violento y saltarÃn será el contento. Los grandes filósofos y poetas han sido siempre los grandes atormentados, pero también los grandes felices. Y la razón es que estos dos conceptos, alegrÃa y tristeza, nacen por comparación de estados de alma: un hombre que permaneciera en un solo estado de espÃritu, no podrÃa saber qué es la alegrÃa, ni qué cosa es el dolor...
Yo estuve, pues, profundament