Anoche soñé que estaba con Dios en la playa, podÃa ver en la arena el trayecto de mi vida entera. HabÃa dos hileras de huellas: unas me pertenecÃan a mÃ, otras pertenecÃan a Dios.
Extrañada le pregunté: "Señor, en los momentos más horribles de mi vida solo hay unas huellas ¿por qué me dejaste sola?" .
Y Dios me contestó:
"Nunca te dejé sola, en esos momentos, te llevaba en mis brazos."