Procuro con diligencia presentarme ante Dios aprobada, como obrera que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
Huyo también de las pasiones juveniles, y sigo la justicia, la fe, el amor y la paz, con el corazón limpio invoco al Señor...porque raÃz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Desecho las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
Mas evito profanas y vanas palabrerÃas, porque conducirán más y más a la impiedad.
Me esfuerzo en la gracia que es en Cristo Jesús.
Por lo cual sufro penalidades como buen soldado de Jesucristo.
Considera