Para ser feliz es imprescindible tener una relación cercana con Dios, y la familia. Él le da sentido a todo, nos llena de su amor, seguridad, y paz.
¿Se puede ser santo?, creo que si. Definitivamente ser santo no es una meta, sino un trayecto; y es lo mejor, luchar dÃa a dÃa por hacer sonreÃr a Dios.
Sigue adelante, no te detengás, ni permitás que el desánimo te aborde, sigue creyendo y ten fe, lo mejor está por venir, esfuérzate, no temas.
Dios mÃo, en ti confÃo; no sea yo avergonzado, no se alegren de mà mis enemigos.
Salmos 25:2