He vivido la vida al máximo, con todo lo que eso conlleva. Tomando buenas y malas decisiones, disfrutando de increibles momentos y sufriendo de otros no tan buenos. Pero al parecer la vida misma me ha obligado a pararme un poco de este tren de locura y supervivencia. Acabo de ser madre y mi prioridad ya no soy no, ni mis escentricidades. Quizás todo esto me depare otras tantas vivencias, y otras alegria incomparables.