En fin, pensándolo bien ¿ha valido la pena? Dios Santo, como ha cambiado irremediablemente mi vida, siempre es el último dÃa de verano y me he quedado fuera en el frÃo sin una puerta para volver a entrar. He tenido más momentos intensos de los que por derecho me corresponderÃan, para muchos la vida les pasa de largo mientras hacen grandes planes para ella, a lo largo de mi vida he dejado pedazos de mi corazón aquà y allà y ahora apenas me queda el suficiente para seguir viviendo, pero fuerzo una sonrisa sabiendo que mi ambición sobrepasaba mucho a mi talento.
Ya no hay caballos blancos, ni mujeres guapas en mi puerta.