La pesadilla de Ico comenzó el dÃa que nació. En el momento que se asomaba tÃmidamente a la luz, un grito estremecedor lo condenó a la oscuridad de la noche. A la vista de todos, estaba la señal ! : dos cuernos, pequeños pero bien visibles, una a cada lado de su pequeña cabecita de bebé.
El nacimiento de Ico no fue motivo de celebración ni de orgullo para sus desolados padres. Su llegada al mundo solo produjo sospecha y temor. Los habitantes de la aldea esperaban contra todo pronóstico que la maldición no se cumpliera. Pero la señal estaba allà y no se podÃa ignorar. Como tampoco se podÃan ignorar las enfermedades que azotaban a todos los niños y las malas cosechas que