ConfÃo en que mis propios escombros habrán de ser los encargados de recomponer mis fragmentos.
Y que mis propias ruinas serán los artesanos de mi nueva restauración.
Proseguiré mi trayectoria, con sus curvas, sus declives y quizá algunos ascensos.
Proseguiré trajinando mi destino, hasta que la muerte me lo impida.
¡Aquà estoy para vivir mientras el alma me suene!
(R. S. y A. P)