Nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentà tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento como ahora.
Ahora se que no soy la princesa del cuento de hadas y que no necesito que me venga a salvar un prÃncipe azul en su caballo blanco, por que ni soy una princesa, ni vivo en una torre, ni tengo a un dragón que me esté custodiando.
Hoy vivo la vida asà como es, bonita. Con sus ires y venires, con sus amores y desamores, con sus ratos de marea baja, con sus puestas de sol, con su ruido incesante.
Por fin encontré, al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.
Descubrà que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta,