Algunos de los cambios que sobrevendrán significaran bendiciones para nosotros. Tal vez, otros puedan convertirse en desastres que intentaran destruirnos. Pero desde luego, no hay un desastre que no pueda transformarse en bendición, asà como tampoco, bendición que no pueda convertirse en desastre. Junto a unos cuantos millones de personas he aprendido, por propia experiencia, que ambas posibilidades existen.