Nada se vuelve felicidad con tan solo pedirlo, soñarlo, tratando de alcanzarla con objetos o personas, o bien, hasta aceptándote a ti mismo porque, la felicidad es solo otra creación del mercado, de las personas para estar conformes con su superioridad y la autoestima, haciendo sufrir a aquellos vendiendo sentimientos inútiles y superficiales para hacerlos sentir especiales. Todo es realidad absoluta y todo es falso a la vez...