Si Dios te hablara, te diria
-¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, oscuros y frÃos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los rÃos, los lagos, las playas. Ahà es en donde vivo y ahà expreso mi amor por ti.
-El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegrÃa. Asà que no me culpes a mà por todo lo que te han hecho creer
- Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en ningún libro!
-Deja de