Nadie merece tus lagrimas, y si las merece nunca te hará llorar.
Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no nos destruye, es que es soportable.
Todos los dÃas Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sà o un no pueden cambiar toda nuestra existencia...