HabÃa una vez un campesino chino, pobre pero sabio,
que trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Un dÃa el hijo le dijo: -¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.
-¿Por qué le llamas desgracia? -respondió el padre.
Veremos lo que trae el tiempo...
A los pocos dÃas el caballo regresó,
acompañado de otro caballo.
-¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho.
Nuestro caballo ha traÃdo otro caballo.
-Por qué le llamas suerte? - repuso el padre.
Veamos qué nos trae el tiempo.
En unos cuantos dÃas más, el muchacho quiso montar
el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete,
se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebr