Necesito de alguien, que me mire a los ojos cuándo hablo. Que escuche mis tristezas y desiertos con paciencia y aún cuándo no comprenda, respete mis sentimientos. Alguien lo suficientemente amigo, cómo para decirme las verdades que no quiero oÃr, aún sabiendo que puedo irritarme. En ésta búsqueda, empeño mi propia alma, pues con una amistad verdadera. La vida se torna más simple, más rica y más bella.