"Una Iglesia de comunión fraternal la soñábamos al estilo de las comunidades de la Iglesia primitiva de Jerusalén (Hch 2,41-47:4, 32-35; 5. 12-16). en que todo se pone en común y se celebra. SerÃa una Iglesia de participación, atractiva, pobre, alegre, servicial. Seria una Iglesia de reuniones comunitarias en que la fe se comparte, en que conocemos los rostros de los demás, en que se supera el anonimato del corazón." (2002)