"Pero cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo; es también el punto único, particularÃsimo, importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del mundo sólo una vez de aquel modo y nunca más. AsÃ, la historia de cada hombre es esencial, eterna y divina, y cada hombre, mientras vive en alguna parte y cumple la voluntad de la Naturaleza, es algo maravilloso y digno de toda atención. En cada uno de los hombres se ha hecho forma el espÃritu, en cada uno padece la criatura, en cada uno de ellos es crucificado un redentor."