Ni alto ni chaparro, sino todo lo contrario,
ni gordo ni escurrido, según el calendario,
el pelo inobediente, oscuro y despeinado,
mirada incandescente, mentón bien educado.
Nariz de curva media, dentadura completa,
una barba tupida que cambia de facetas.
Color sobrio y sereno, como la madrugada.
Voz de nueve cigarros, vespertina y cascada.