Espero estar ahà cuando despiertes, espero recuerdes el camino a casa. No demores, que en esta vida anochece temprano, y en tu regreso, no olvides visitar un viejo conocido. Él te estará esperando con los brazos abiertos, y se alegrará al verte, sabiendo que has dejado que vuele el ave que todos llevamos dentro; agazapada, latente y expectante, ansiando libertad.