Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mÃ, y oyó mi clamor.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.
Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvÃan tras la mentira.
Salmos 40:1 - 4