"Te lo pido Señor, si en tus enojos decides castigar al que ha cantado, cuando haya quebrantado tu Ley Santa, has que le ahogue el llanto de sus ojos, has que padezca triste y desolado, siembra abrojos debajo de sus plantas, ponle canas y arrugas en la frente, pero déjale voz en la garganta, porque bien sabes tu Dios providente, que aunque todo lo sufra humildemente, ya no podrá vivir si ya no canta..."