No hay peor condena, que la muerte sufrida en vida por la soledad impaciente.
la insignia de los justos es su condena por obrar bien, que destino tan cruel, es una lastima que su labor sean tan menospreciada
beber el vino de la vida y someterme al yugo de mis triunfos
vaciar la mente en trazos de letras, pintar en el firmamento de la imaginación utopÃas que nunca se llevarán acabo