Cada tormenta trae consigo la esperanza de que de alguna manera, al amanecer, todo estará bien, y que hasta las manchas más perturbadoras habrán desaparecdio, como las dudas sobre su inocencia, o las consecuencias de su error, cómo las cicatrices de su traición, o el recuerdo de sus besos; Asà que esperamos a que pase la tormenta, esperando lo mejor, aunque en el fondo de nuestro corazón sepamos que algunas manchas son indelebles y nada puede lavarlas...