Tenemos que ser obreros de la vid del Señor. Tenemos que ser el administrador que vela mientras el amo no está. Tengo que ser como el trabajador que duplicó los dones entregados por su Señor. Tengo que ser como la mujer que tenÃa una hemorragia y confia en el señor y la sana. Tengo que ser como Juan El Bautista identificado con el reino de los cielos. Tengo que ser como MarÃa que siempre dijo sà a la voluntad de Dios. Tengo que ser como Pedro con su Ãmpetu para con su Señor. Tengo que ser sabio como San Pablo. Tengo que ser dócil como un niño. Tengo que tener una fe ciega en Dios y un espÃritu dócil para escuchar su voz y sin duda alguna me santificaré.