Hay placer en los bosques sin senderos, hay éxtasis en una costa solitaria. Está la soledad donde nadie se inmiscuye, por el océano profundo y la música con su rugido: No amo menos al hombre pero si más a la naturaleza.
Para trabajar basta estar convencido de una cosa: que trabajar es menos aburrido que divertirse.
Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnologÃa en la que nadie sabe nada de estos temas. esto constituye una fórmula segura para el desastre.