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Temuco, Chile

Erase una vez una alguien que quería felicidad, pero pensaba que para ser feliz solo necesitaba cosas buenas; se esmeraba tanto pero no lograba conseguir su felicidad. Pasaron los años, vivió alegrías, las guardó en su corazón, vivió tristezas, las superó. Entendió que la vida no era solo alegrías, que para lograr ser feliz tenía que llegar al dolor y tener la capacidad de transformarlo en aprendizaje. Así al paso del tiempo se sentía llena de luz y energía, no podía pedir nada más pues era muy afortunada de tener personas autenticas en su vida y si alguien no permanecía en ella simplemente esa persona o no era autentica o no había llegado hasta su corazón. De cualquier ma